martes, 11 de marzo de 2014

Siulnas - historiador

Historia
Siulnas - historiador
La historia es la narración y exposición verdadera de los acontecimientos pasados y cosas memorables. En sentido absoluto se toma por la relación de los sucesos públicos y políticos de los pueblos; pero también se da este nombre a la de sucesos, hechos o manifestaciones de la actividad humana de cualquiera otra clase: Historia de la Literatura, de la Filosofía, de las Artes, de la Medicina, de la Legislación, del Tango, del Humor... En algunos casos la Historia se entronca, especialmente la del Humor, que ha estado presente a todo lo largo de la Historia Argentina, y desde mucho antes en gran parte de la Historia de otros países. La caricatura fue ya empleada por los griegos, y aún antes los egipcios parece que la habían conocido. Los periódicos políticos hicieron amplio uso de la caricatura política y social, apareciendo los primeros, en Francia, en el siglo XIX.
En el Río de la Plata, ya en los años de la lucha por la Independencia, se cultivaba el humor político, aunque recurriendo por entonces a las "volanteadas"; José de San Martín figuró entre los primeros elegidos por los caricaturistas para sus tradicionales simbiosis que hasta nuestros días han recorrido toda la escala zoológica. Así el Libertador de la Argentina, Chile y Perú se convirtió en simbionte del leopardo, en tanto que O'Higgins lo fue del asno, lista que en poco más de un siglo y medio se engrosaría con el zorro (Julio A. Roca), el pavo (Luis Sáenz Peña), el chivo (Leandro N. Alem), el peludo (Hipólito Yrigoyen), el pato (Marcelo T. de Alvear), la vaca (Pedro E. Aramburu), el cerdo (Alvaro Alsogaray), la tortuga (Arturo U. Illia), la morsa (Juan C. Onganía) y otros menos conspicuos.
A veces, ese humor agresivo tenía un carácter político-religioso como el del padre Castañeda, que atacaba indistintamente a través de sus controvertidos periódicos, a federales y unitarios con la única finalidad de defender los privilegios de la Iglesia, aunque a veces tuviera que desaparecer apresuradamente de la escena, como cuando era buscado afanosamente por el enfurecido general Hilarión de la Quintana al mando de un pelotón de ocho soldados. Claro que no sería menos arriesgada la tarea emprendida veinte años después por Antonio Somellera, quien en plena época rosista realizaba clandestinamente en Buenos Aires las caricaturas del periódico "Muera Rosas", que enviaba a Montevideo, donde el mismo se imprimìa y se remitía a la capital bonaerense para que el propio Somellera se encargara de la distribución.
Como puede verse, un humorista tiene sobrados motivos para volverse historiador. Lo que haré desde este Blog será seguir la opinión de Adolfo Mitre cuando, hace más de seis décadas, señaló; "Impera en nuestro ambiente el estulto criterio de despojar a las grandes figuras del pasado de su substancia vital para presentárnoslas deshumanizadas, en la fría y rígida solemnidad de las estatuas. Devolverlas a su verdad cabal, a la palpitación dramática de sus almas y la azarosa predestinación de sus vidas, puede ser la misión de los historiadores que -libres de prejuicios- actualmente se inician."
Ese es mi propósito desde este Blog en el que también espero recibir opiniones, de aprobación o desaprobación -cuando la segunda sea justificada, sin duda, será tomada en cuenta-, porque como ya lo he dicho, parafraseando a Macaulay, "la ùnica historia veraz de un país reside en sus periódicos humorísticos".
Oscar Vázquez Lucio (Siulnas)

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